domingo, 5 de mayo de 2019

Crepúsculo

Esta tarde he dado un largo paseo por Donosti como viene siendo una costumbre últimamente. Me senté en un punto en concreto en donde suelo quedarme un rato por ser un rincón especialmente tranquilo y solitario. Como casi siempre llevo un libro en el bolsillo, vi la ocasión perfecta para sacarlo a relucir. Es curioso, porque no suelo leer siempre que llevo el libro conmigo, pero siento que me hace compañía de alguna forma, y es por eso que no falta como compañero de viaje.
Leí hasta que la luz del ocaso se juntó con la línea que traza el mar en el horizonte y, como intentando congelar aquel instante, saqué el móvil y capturé una fotografía. Entonces me di cuenta, justo allí, de cuan diferente son los momentos vividos a las memorias, las fotografías, los recuerdos... Todo gusta un sabor distinto en el presente. La percepción del ahora nada tiene que ver con la concepción de nuestra realidad, siempre distorsionada. Unas veces idólatra y un otras un poco mezquina, a veces parece inalcanzable y otras demasiado sencilla,  a veces muy bien y a veces muy mal, pero nunca es tal y como la experimentamos en el momento presente, sin etiquetas, sin filtros, tal y como es.
Esta foto, que intenta explicar esa sensación presente, cambia incluso en el instante posterior de haberla hecho. Parece una broma intentar que se pueda parecer en algo una pantalla "Samsung 32pulgadas HD Smart TV J4300 Serie 4" con la sensación penetrante del mar infinito, el sonido del agua humedeciendo la tierra, el tacto rugoso y frío de la piedra, la inclinación de tu cuerpo, el aire y las manos frías, que se vuelven torpes y lentas al escribir, e incluso la temperatura y el sabor de tu saliba. Todo forma un instante, una experiencia que es tan compleja en todas sus características, que es imposible que ocurran nunca dos iguales.
Con esto quiero decir que nunca será lo mismo lo vivo a lo pintado, o con otras palabras, la concepción de nuestra realidad con la percepción del presente. Así que no te pienses las cosas demasiado, vive, ama y siente.

miércoles, 28 de febrero de 2018

Hendaya - San Juán de Luz

Nieve sobre nieve
Estoy en paz

Aitor

Quisiera dedicar esta entrada a Aitor, amigo y compañero de piso durante los últimos 6 meses.
No hay mucho que decir aquí, gracias man por tu paciencia, tu respeto y tu amor. Aunque no lo parezca, me has ayudado mucho dejándome el espacio en donde llevar a cabo mis ideas y pensamientos. Nos dejamos alguna charla y alguna botella pendiente para cuando nos volvamos a ver.

Hasta siempre,

miércoles, 17 de enero de 2018

Luchar contra tu soledad o dejarla que duela.
Desatarla conlleva a sentirme necesitado. ¿Se puede luchar contra eso?, ¿se debe luchar contra eso?...
Una cosa tengo clara, ¿para qué publico esto?

domingo, 7 de enero de 2018

miércoles, 3 de enero de 2018

Génesis

Se trata de vivir por algo que no conoces pero sabes que existe.
Aún así nadie me ha hablado de ello, nadie me lo ha demostrado. No es tangible ni es seguro.
¿Sentimos a través de las palabras?
¿Están nuestros sentimientos encuadrados en algo tan vacío como las palabras?
Se trata de algo que ha nacido y ha crecido dentro de mí. Se ha regado a través de mis padres, a través de mis amigos, la música, la poesía, el color.
Nada sería importante si deja de llover.
Nada ocurriría si no es importante.
Nada sucedería si no entiendes el valor de ser feliz.
Se trata de vivir por algo que no conoces pero sabes que existe.
¿Sentimos a través de las palabras?
Si tu respuesta es afirmativa entonces vivirás en un mundo regido por normas, donde todo tiene su lugar y tú tienes el tuyo. Es bueno sacrificarse por los demás.
Si la respuesta es NO entenderás que no todo el mundo es feliz y así ocurre por alguna razón. La felicidad se siente, y los sentimientos no podemos compartirlos. No son tangibles, no es algo que puedas dar, nacen y mueren en uno mismo. Se pueden expresar de infinitas formas a traves del arte, del amor, de las palabras, pero nunca se podrán transferir de unas personas a otras. Es algo así como la felicidad, le podremos poner un nombre, un color o una música, pero nunca podremos dar felicidad.
Las cosas tienen la importancia que le quieras dar, si al fin y al cabo el miedo a la muerte es lo único por lo que seguimos viviendo.